Entrevista a Miguel Sánchez, Presidente de la Associació Veïnal La Roqueta
Entrevista a Miguel Sánchez, Presidente de la Associació Veïnal La Roqueta.
Miguel Sánchez es Ingeniero Informático, y combina su profesión con las responsabilidades derivadas de la presidencia de la Associació Veïnal La Roqueta, desde septiembre de 2021.
Entrevista realizada por Mª Carmen Franch, el 21/4/2023.
¿Cuándo nace la Associació Veïnal La Roqueta?
M. Sánchez: La asociación comenzó con un número pequeño de vecinos que nos juntamos por un motivo determinado. En ese momento éramos once personas y decidimos formalizar nuestro trabajo y crear la asociación. Lo primero que había que hacer era un acta de constitución y aprobar unos estatutos. En septiembre de 2021 quedó constituida la Asociación de Vecinos de La Roqueta, presidida por mí, aunque ahora se denomina Associació Veïnal La Roqueta para emplear el término inclusivo. Somos una asociación muy joven.
Hace unos años existía en La Roqueta otra asociación denominada Asociación de Vecinos Jerusalén y Hogar del Jubilado, y en el 2017 dejó de existir.
La unificación del nombre de la AV pretende ser inclusiva y representativa de todos los vecinos del barrio La Roqueta.
El barrio no acaba en la calle San Vicente, acaba en la calle Cuenca. Sobre todo es importante a nivel de gestión con las administraciones públicas, es conveniente una representación adecuada, que a la hora de hacer un estudio, de poner en marcha un proyecto o realizar una inversión, se tenga en cuenta toda la zona que se representa y de donde hasta donde se verá afectada o se aplicarán estas mejoras.
Para poder hacer cosas por el barrio era imprescindible existir, por eso creamos de nuevo la asociación de vecinos empezando de cero.
¿Qué problemática tiene el barrio?
M. Sánchez: El primer problema que nos encontramos fue la dejadez sufrida durante muchos años por las sucesivas administraciones. La falta de actividad por la antigua asociación hizo que esos problemas que había no se visibilizarán, lo que dejó al barrio en un estado de abandono. No se había invertido, no se había renovado la vía pública. Prácticamente el barrio era el parking del centro para personas ajenas al barrio.
Te he citado en el único parque que tiene el barrio. Sí que es verdad que estamos cerca del Parque del Hospital, pero el barrio en sí sufre una falta considerable de espacios verdes y de arbolado. El barrio necesitaba una reurbanización, un replanteamiento urbano y de la vía pública. Fue una de las primeras cosas por las que empezamos a luchar.
La bajada de persianas, el cierre de negocios, es otro de los problemas que nos encontramos. La tipología de negocio ha ido cambiando en las últimas décadas y para crear barrio tiene que existir variedad de servicios.
Hay acumulación de negocios de restauración, y otros relacionados con la comunidad china que le han dado al barrio el sobrenombre de “china town”, que en sí no es problema. El problema es que haya desaparecido la oferta de servicios necesarios para el día a día de los vecinos. Para crear barrio es necesario que exista variedad de negocios que atiendan las necesidades de los vecinos. Por ejemplo, como se va a instalar una familia joven en este barrio si no hay ni una guardería. Es necesario hacer el barrio agradable para la vida, no solamente para el turismo o la gente que viene de paso.
Otra circunstancia de este barrio, por su cercanía al centro, es la compra y rehabilitación de edificios enteros, para convertirlos en viviendas de uso turístico. Son edificios pequeños de tres y cuatro alturas, que resultan rentables para estos negocios. Actualmente las licencias para este tipo de negocio solo se conceden a edificios enteros o a un primer piso, entresuelo o bajo, cuando es un edificio de viviendas. Si miramos los gráficos, en comparación con otros barrios como Russafa o Ciutat Vella, la densidad de edificios dedicados al turismo está aumentando de una forma parecida a los barrios mencionados. Si el Ayuntamiento de València no vigila lo que aquí ocurre, nosotros debemos exponer esta circunstancia a la administración local para tomar las medidas oportunas que impidan que se convierta en un problema.
Estamos sometidos a una cantidad de ruido y contaminación importante dada nuestra situación entre grandes vías de tráfico (Gran Vía Fernando el Católico, Plaza España, Calle Xátiva, Guillem de Castro…). Somos una nube negra a nivel de NO2 y otras micropartículas contaminantes derivadas del tráfico que nos rodea.
Todavía no colaboramos con otras asociaciones que vigilan la contaminación en las ciudades como València per l’Aire, pero sí que nos gustaría acercarnos a ellos para concretar medidas que nos pudieran ayudar a mejorar la calidad del aire en nuestro barrio.
La Concejalía de Movilidad del Ayuntamiento de València, ha implantado a petición nuestra, la zona verde y naranja de aparcamiento para residentes. Con ello hemos conseguido limitar la cantidad de coches que circulaban por el barrio, menos contaminación, y mejorar la búsqueda sitio de aparcamiento para los vecinos. Como persona externa, puedes venir al barrio con tu coche, hacer la gestión que necesites, pero luego cuando terminas te vas, no dejas tu coche aparcado durante días.
Otro tema, el envejecimiento del barrio. Los datos demográficos demuestran que hay un gran número de personas mayores residentes, las cuales no pueden disfrutar de su barrio. Las calles abarrotadas de coches, con aceras estrechas donde las personas mayores se sienten inseguras, ¿Qué vida de barrio van a hacer si las calles no invitan a ser disfrutadas?, lo cual nos lleva a la necesidad de realizar un trabajo urbanístico importante. La problemática no es la misma de otras vías que se adecentan porque son muy atractivas comercialmente, como pasa en Pla del Remei. Nosotros somos más barrio que ellos, a pesar de nuestra situación colindante al centro. Este es otro de los problemas en el que estamos trabajando.
Recientemente también contactó con nosotros la Plataforma de Afectados por el Botellón en La Roqueta, en concreto por el problema relacionado con la discoteca Indiana. Les hemos ayudado a contactar con el Ayuntamiento, ya que habíamos abierto nosotros esas vías de comunicación para poder reunirnos con las concejalías correspondientes y ver posibles soluciones. Para nosotros es un problema más, dentro de nuestra línea de mejoras que queremos llevar a cabo. Es un problema muy complicado, porque no ha habido discoteca en València que se haya cerrado porque una asociación lo haya pedido. Han sido años de trabajo, hay que ser constante, hay que involucrar a abogados, hay que tener mucha paciencia.
Uno de los temas que tenía anotados para comentar contigo era la problemática de la discoteca Indiana, que como bien has dicho estáis trabajando en ello y es una gestión de perseverar. En resumen la problemática de esa discoteca es el ruido y la gente joven que se aglutina en ese punto y lo que eso conlleva.
M. Sánchez: El problema no es solo la discoteca Indiana. Hay vecinos que colindan con la Sala Jerusalén, que también sufren estas circunstancias y han venido a nosotros para intentar resolverlo. Desde el principio se habló con la policía.
El verano pasado, en junio, se hizo una reunión conjunta entre los dueños de la sala, los vecinos, un representante de la asociación y la propia policía, para mediar y tomar algunas medidas. En verano se notó una mejoría, pero en septiembre volvió el problema. Volvimos a hablar con la policía, nos reunimos entonces con Aaron Cano, Concejal de Protección Ciudadana del Ayuntamiento de València para tratar de nuevo el ocio nocturno en el barrio, y los lugares donde se concentran los problemas que conlleva, porque no es solamente el ruido, es el botellón, los destrozos, el incivismo…, a ver, cuando eres muy joven es normal hacer alguna “locura”, pero que se acumulen estas circunstancias, es lo que no es pasable. Ante esta situación solo nos queda insistir para intentar solventar esta circunstancia mediante la realización de rondas policiales en estas zonas.
No somos Ruzafa ni Juan Llorens antes del ZAS. Cuando declararon estas zonas ZAS, cambió radicalmente la fisonomía de estas calles.
La Plataforma de Afectados por la Discoteca Indiana, defiende en concreto a los vecinos afectados directamente por esta discoteca. Desde la AV damos voz a ellos y a vecinos afectados por otros locales. Los vecinos colindantes a estas zonas lo pasan mal, hasta el punto de tener que medicarse para poder dormir.
¿Cambiar la utilidad de estos locales sería posible? ¿Se puede plantear dar otro uso a estos locales para mitigar el problema? Por ejemplo la Sala Jerusalén, es un edificio magnífico.
M. Sánchez: La Sala Jerusalén es un edificio histórico del arquitecto Francisco Javier Goerlich, que está protegido. Ha sido un cine. Podría ser un teatro, podría ser una sala de conciertos, porque el problema es el tipo de público que atrae ciertas actividades. Cuando el público es de mayor edad, no hay tanto problema. Los vecinos hablan de la Indiana antes del incendio. Hubo un incendio en la sala en la época de Rita Barbera, en la anterior administración local, y después del incendio se le concedió una licencia nueva, esa licencia ya iba en contra de las nuevas ordenanzas de ese momento, entonces ¿Por qué se hizo eso? Se hace una nueva ordenanza más restrictiva con el ruido, tampoco la cumplen, y desde el 2011 hasta ahora, sigue sin estar regulado su funcionamiento de acuerdo con las ordenanzas actuales.
¿Y sigue funcionando? ¿No hay ninguna administración que les obligue a adaptarse a lo establecido por las ordenanzas municipales?
M. Sánchez: Eso tiene que empezar con una denuncia. Nosotros como AV, no hemos llegado ahí todavía. Según tengo entendido, la Plataforma se está preparando para dar este paso.
¿Vosotros como AV o la Plataforma correspondiente, se podrían personar como denunciantes de la situación?
M. Sánchez: Como he dicho antes, la Plataforma está preparando esta gestión. La AV no dispone de presupuesto. Hasta el momento la Asociación ha estado trabajando con el Ayuntamiento y realizando gestiones en beneficio del barrio que no nos ha costado dinero, solo nos ha costado tiempo y ganas de trabajar. Según vayamos creciendo como asociación igual contamos con presupuesto y podemos intervenir a otros niveles.
He observado una mejora importante en el barrio. A nivel de aparcamiento, hay menos coches y hay muchos edificios rehabilitados.
M. Sánchez: Hay fincas que se están restaurando porque hay una empresa detrás que las alquila a turistas. Hay ayudas para bajar el ascensor a cota cero, y para rehabilitar y adaptar las viviendas, lo cual supone una gran ayuda. Hay muchas viviendas donde no se puede poner ascensor y tienes que subir tres pisos a pie. Hay otras ayudas como los fondos europeos “Next Generation” que se aplican a la rehabilitación de edificios. En nuestra propia finca de vecinos estamos preparando el proyecto con un arquitecto que nos va a hacer toda la rehabilitación y la mejora de la eficiencia energética. Estas ayudas se están aplicando sobre todo en barrios más envejecidos. En la calle Pare Jofré había tres fincas que estaban totalmente abandonadas, que se han terminado de restaurar este mismo año, y cambia mucho.
Lo que comentábamos antes. Habéis implantado las zonas naranjas de aparcamiento para los vecinos ¿Podrías valorar cuál es el resultado? ¿Es beneficioso para los vecinos? ¿Estáis satisfechos con su implantación?
M. Sánchez: Por ponerte un poco en contexto, nos reunimos el pasado verano con la Concejalía de Movilidad, para plantear estos temas. A nivel de comunicación, nada que decir, el barrio tiene todas las paradas de metro, de autobús, etc., están colindantes con el barrio y son muy accesibles. El carril bici, debería haber más, pero bien, y por otro lado hablamos del tema del aparcamiento para dejar de ser el parking y toda la problemática que conlleva, y la aplicación de las ZBE que era una cosa que se tenía que hacer este año, marcado por la Unión Europea, y queríamos ser partícipes de esta definición.
La semana que viene, el martes, asistiremos a un taller participativo que ha organizado la Concejalía de Movilidad, para la recogida de ideas, criterios y opiniones por parte de las diferentes asociaciones y colectivos de València, que ayudará a darle forma a esta ordenanza.
En su momento solicitamos la implantación de estas zonas de aparcamiento para los vecinos. La Concejalía de Movilidad realizó los estudios correspondientes para entender el censo de vehículos que había en el barrio y como se utilizaban las zonas de aparcamiento. Hay aproximadamente 500 plazas en la vía pública y 2000 vehículos, ¿cómo caben todos esos vehículos en el barrio?, porque mucha gente tiene aparcamiento privado, o plazas en aparcamiento público. Habiendo tan pocas plazas en la vía pública que utilizan los vecinos, decidimos ver que pasa y avanzar de la misma manera que están avanzando los barrios del entorno. Botànic lo solicitó, Ciutat Vella lo tenía ya en activo, Ruzafa lo acaba de implantar, por lo tanto quedábamos como el único barrio del centro donde se podía aparcar sin ser vecino. Teníamos que unirnos. Desde que se implantó las calles han dejado de ser el parking de todo el mundo, sus calles están despejadas, y esto conlleva una reducción de la contaminación, del ruido y muchas molestias para los peatones. Y una cosa muy importante, muestra el uso real de espacio que se debería dedicar a aparcamiento. El resto es espacio útil para renaturalizar el barrio plantando árboles y crear espacios donde los vecinos puedan disfrutar del mismo.
Hay vecinos a quienes le preocupaba esta nueva gestión. Nuestro barrio tiene mercado los martes, y por la distribución del barrio, todas las plazas naranjas se ocupan por los puestos o por los propios vehículos de los vendedores, lo que provoca que estos vecinos se vean afectados, y no dispongan de sitio para aparcar. Solo queda la zona azul. Es un problema que estamos intentando resolver. Una opción sería conseguir un permiso especial para esos vecinos que puedan aparcar en la zona azul durante los días de mercado. De todas formas es un proyecto nuevo, que solo se ha implantado en cuatro barrios de València, y se están estudiando los problemas que van surgiendo, con las peculiaridades de cada barrio, y viendo posibles soluciones. Antes de que se implante en otros barrios, se utilizará la experiencia para realizar mejoras en la aplicación del proyecto. Ruzafa también tiene mercado, pero Ruzafa es muy grande. Este barrio es pequeño por lo cual tiene peculiaridades que hay que resolver.
Los servicios del barrio ¿Qué os falta?
M. Sánchez: Guarderías no hay, Centro de Salud, tenemos uno muy pequeñito, tiene dos consultas, sala de enfermería y recepción. Una escoleta, guardería, ayudaría a que más padres se instalasen en el barrio. El mercado de Jerusalén, tienen carencias de espacio para el almacenaje. Su presidenta, Toñi, que también es parte de la AV, consiguió del Ayuntamiento mejorar la instalación de climatización. Pero su mayor problema es la falta de espacio. Solución, sacrificar puestos o buscar otro lugar en el barrio para instalar el mercado, un edifico independiente como el de Rojas Clemente. Pongámonos creativos.
La comunidad china en el barrio, háblame de ella y de los “arcos chinos”.
M. Sánchez: Hace unos años buena parte de esta comunidad china estaba instalada en Ruzafa. Cuando Ruzafa se empezó a encarecer, la comunidad se vino a este barrio a instalar sus negocios, donde había locales que nadie quería.
La comunidad china de nuestro barrio no es ningún problema. De hecho hay muy buena relación con la Asociación Cultural China de València.
A nivel de vecindario, el censo indica que un 75 % de la población es nacional. La población de origen extranjero (principalmente asiática o de países de America Latina) representa un 25 %. Es un barrio multicultural en el que estos colectivos celebran sus propios eventos, como la comunidad boliviana no hace mucho. Lo que pasa es que la población china lleva muchos años aquí, y se ha hecho muy popular por sus celebraciones.
En cuanto a los “arcos chinos”, fue una propuesta que no surgió de la comunidad china, sino de alguien que se inspiró, que trabajaba en el despacho de uno de los partidos que gobiernan, y presentó esa propuesta para ofrecerla a los vecinos a través de DecidimVLC. Un grupo de vecinos que luego fueron germen de la AV recogieron firmas y consiguieron hablar con la Concejalía de Urbanismo y la de Turismo para replantear el proyecto. Una vez formada la asociación, cuando nos reunimos con Elisa Valía, Concejala Delegada de Participación Ciudadana y Acción Vecinal, y ella nos explicó que ese año hubo una avalancha de propuestas, estaban desbordados, y algunas de ellas no deberían haber pasado el primer filtro, y esta fue una de ellas. Pedimos al Ayuntamiento que revisara la propuesta, y que tuviera en cuenta que el barrio tenía otras necesidades. Se comprobó que este proyecto en concreto no era viable en ningún sentido.
Zonas verdes, que nos puedes contar.
M. Sánchez: El Plan Verde y de la Biodiversidad de València, es un proyecto que ha realizado el Ayuntamiento de València, sobre los espacios verdes de los barrios entre otras cosas. Nuestro barrio tiene un solo parque pequeñito. Sí que es verdad que una zona importante del barrio es colindante con el parque del Hospital, y por otro lado es colindante con las zonas verdes de la Gran Vía. Pero hay zonas del barrio que no ven ni un árbol.
Y por otro lado, aunque no tenga relación directa, con respecto a las zonas verdes de aparcamiento, es decir las zonas de aparcamiento regulado para residentes, contactamos con diferentes asociaciones del barrio, fallas, pilota, la asociación cultural china, … para tratar también su implantación. No participaron todos los representantes contactados, pero hubo una buena participación en general. Desde la comunidad cultural china, por ejemplo, han contactado conmigo después, para que les explique y aclare algunos puntos. Hay muy buena relación.
¿Qué otros proyectos tenéis en marcha en estos momentos?
M. Sánchez: Hay un proyecto interesante que hemos empezado ahora con unos colaboradores externos, interesados en la mejora del espacio público y la participación ciudadana, para empezar a trabajar en un Pla de Barri como recientemente han hecho en Orriols. Este plan de barrio es un análisis profundo, un trabajo que probablemente nos lleve un año o más. La idea es reunirnos mensualmente y trabajar todos los problemas del barrio desde diferentes ángulos, y a partir de ahí organizar actividades abiertas en las que puedan participar y dar opinión todos los vecinos y vecinas. Se pretende realizar encuestas que nos permita conocer de verdad donde está el problema y establecer líneas de actuación para hablar con el Ayuntamiento.
Otros proyectos pendientes de realizar a corto plazo: la web de la Asociación y preparar la presentación oficial de la AV La Roqueta.
¿Con qué organismos públicos y privados mantenéis relaciones?
M. Sánchez: Principalmente con el Ayuntamiento de València, partidos políticos y medios de comunicación, prensa y radio. También con las asociaciones del barrio (comunidad china, fallas, etc.).
¿Qué edificios del barrio están protegidos?
M. Sánchez: Por supuesto la Estación del Norte, la Sala Jerusalén, el Trinquet Pelayo, el edificio de la calle Jesús perteneciente a la Universidad Católica, el edificio Ruso, el edificio de la calle Vives Liern, nº 9, otros edificios de la calle Pelayo, nº 56 y 54, y muchos otros edificios de fecha anterior a 1920. Todos ellos están protegidos.
Y ya finalizando ¿Quieres añadir alguna cosa más?
M. Sánchez: La AV la forman alrededor de 35 socios, veremos como sigue creciendo. Nuestras reuniones cada vez son más numerosas, y probablemente cuando tengamos en marcha la página web y las redes sociales, esto nos ayude a crecer.
Llevamos solo dos años trabajando y empezamos a ver frutos ahora. Yo me siento muy orgulloso y la directiva también, de ver los resultados obtenidos en tan poco tiempo. Cada vez que alguien se acerca y te dice, por ejemplo sobre el aparcamiento que es algo más evidente, que ya no hay tanto coche, que ya no hay gorrillas, y ves que la gente está contenta, te alegra y te motiva para seguir.
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